domingo, 31 de octubre de 2010

Telecinco bajo sospecha

Industria ha abierto un expediente a la cadena dependiente de la productora Mediaset por llevar a cabo, supuestamente, una de las estrategias más recurrentes a la hora de competir por el share con otras cadenas, la contraprogramación. Es el cúlmen de una guerra por las audiencias que comenzó hace ya unos días, desde que Antena 3 desveló el día en el que emitirían su gran megaproducción de romanos, Hispania. La Subsecretaría General de Medios Audiovisuales, órgano dependiente del Ministerio de Industria, considera sospechosa la actividad de Telecinco la semana pasada, con la emisión de la tvmovie Felipe y Letizia, frente al estreno de Antena 3. La cuestión es que, según la Ley Audiovisual, deben avisar con tres días de antelación los cambios en la parrilla, para evitar la competencia desleal entre las empresas de comunicación, y ahora se investiga si la cadena liderada por Paolo Vasile cumplió con el plazo exigido.
Pero primero hay que tener claro qué significa la acusación de contraprogramar. De forma errónea se suele usar este término para referirse a la colocación de un determinado producto televisivo en una hora concreta, para arrebatar una parte importante de la audiencia a otra cadena. Lo cierto es que es un concepto que procede de Estados Unidos, de counter programming, y alude a la misma técnica pero con otra finalidad, ofrecer algo diferente que se adecua a los gustos de una franja del público que no desea ver lo que emiten el resto de competidores. Por tanto, se entiende que de lo que se acusa a Telecinco es más parecido al stunting, que es dónde entra el factor sorpresa, es decir, modificar la oferta sin previo aviso o con poco tiempo, con alguna serie o película de gran atracción, para crear un efecto que anule toda la campaña promocional de la otra.
Fuente: panoramaaudiovisual.com
Lo que suelen hacer para librarse de las multas es justificar su actuación alegando sucesos de gran interés informativo, u otro tipo de problemas, recurso que utilizó la cadena la semana pasada al argumentar que tuvieron complicaciones técnicas y de ahí el cambio de horario. En cualquier caso, todavía el expediente debe prosperar, algo complejo si presentan alegaciones tal y como se prevé. Si continuara el proceso, la productora podría enfrentarse a una sanción entre 100.000, por falta leve y 500.000, por una grave, sin embargo, la realidad es que el Ministerio no ha impuesto sanción alguna ni en 2009, ni en 2010.
La siguiente batalla de esta guerra por la audiencia llegó con la emisión de la segunda entrega de Hispania. De nuevo sin publicidad, lo que le ha hecho perder alrededor de unos 350.000 euros, consiguieron captar a 5.116.000 espectadores, cifra que supera en unos miles a los de la miniserie de los Borbón, aunque ellos si incluyeron tres minutos de anuncios, aunque lo habitual, como mínimo, suelen ser doce.  Tras la emisión de la serie de la corona, se volvió a producir un cambio de última hora y colocaron el reportaje “Un día en la vida de los Príncipes”, con 4.111.000 espectadores, resultando otra vez sospechoso de contraprogramación o de stunting, en definitiva.
Si algo queda claro es que la lucha les está saliendo bastante cara a ambos enemigos, han perdido dinero en publicidad, es posible que por lo menos uno de ellos sufra importantes sanciones económicas e incluso han perdido una importante franja del público a raíz de esta competencia desleal y este mareo de fechas. Sólo queda esperar a ver el desenlace, en todos los sentidos.


Felipe y Letizia - Avance de la TVmovie de Telecinco





Promoción Hispania, la leyenda





Fuente:

www.publico.es

2 comentarios:

  1. Mar, primero felicitarte por tu artículo, me ha parecido muy interesante y me ha gustado mucho eso del counter programming, que no lo había escuchado nunca. Con respecto a esta guerra de audiencia me parece patética y contraproducente, tanto para las cadenas como para los telespectadores. Pero no creo que ninguna de las dos, por desgracia, vayan a tener castigo alguno.

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  2. Muchas gracias por tus palabras Ángela, la verdad es que es triste ver la decadencia que se está produciendo en los medios de comunicación, cada vez se habla menos de más cosas superficiales, banales y que únicamente recurren al morbo y al sensacionalismo. Esta guerra es un ejemplo de los extremos a los que se llega en la lucha por la audiencia, pero como bien dices parece que pocas consecuencias tendrá todo esto...

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